miércoles, 8 de noviembre de 2017

TALLER DE LAS EMOCIONES: IRRITACIÓN


Aquí tenéis un pdf con algunas ideas para explorar la imagen.
Clicad en la ilustración.



Esta semana hemos añadido una nueva emoción a nuestro Emocionario: irritación. Vimos la semana pasada el odio, que si no se controla nos lleva directamente a la ira. También la semana pasada hablamos un poco de ella, por eso esta semana hemos ido directamente a la irritación. Tengo que decir que cada semana nos gusta más nuestro taller de las emociones y los niños están encantados. Ya se han instalado en la mecánica de trabajo y hasta suelen descubrir de qué emoción se trata cuando les presento la lámina. A ver esta semana si aciertan también.
¿Y qué nos cuenta el emocionario sobre la irritación? Nos explica que el mundo está lleno de colores, olores, sonidos... y que algunos nos resultan tan molestos que se nos instalan dentro y no podemos dejar en pensar en ellos. Cuando nos irritamos, somos muy conscientes de nuestros sentidos. Por ejemplo, el ladrido de un cachorro puede despertar ternura, pero ¿y si no deja de ladrar en todo el día? El emocionario nos dice también que una irritación muy duradera nos lleva a sentir tensión, pero lo cierto es que sentimos tensión cuando controlamos esa irritación y no explotamos de entrada.  La irritación siempre parte de una pequeña molestia, que aislada se puede soportar, pero cuando se repite, y se repite, y se repite, y se repite... ¡zas! explotamos.
Después de hablar sobre la imagen y trabajar la definición y el concepto de la palabra irritación, estaremos preparados para cerrar los ojos y aproximarnos a la emoción a través de la música; en este caso “El vuelo del moscardón” de Nicolai Rimsky-Korsakov.
Una vez que escuchemos a Korsakov, abrimos los ojos y buscamos en nuestra propia vida experiencias de esta emoción para decir lo que sentimos.



Terminaremos con un vídeo cuento: "El cascabel de la gata". A pesar de trabajar una emoción como la irritación, este cuento es muy divertido. La única irritada es la señora Julia. La inocente y pícara Benita nos hace pasar un buen rato. Al final, todo se arregla y la señora Julia también se tranquiliza. Y, como en la música de Kórsakov, también en el cuento hay moscardones o moscas por todas partes, no le perdáis la pista, están por todo el cuento. Lo mismo también irritan a la gata Benita, pero ella no nos transmite irritación en ningún momento, sino inocencia e ingenuidad, que son propias de la infancia. Este es un cuento que también nos ayudará a canalizar y a gestionar nuestras emociones.
Espero que os guste mucho.
Al finalizar el cuento, elaboramos una tarjeta sobre la irritación, que formará parte de nuestro propio diccionario de las emociones.